lunes, 11 de marzo de 2013

EL CAMPORISMO AVANZA SOBRE LOS LICEOS MILITARES Por Carlos Manuel Acuña

Padres de los Alumnos defienden los Liceos Militares.


Por Carlos Manuel Acuña

Mientras ayer Cristina W. volaba sorpresivamente desde Caracas hacia Buenos Aires, en la Argentina se confirmaba que La Cámpora y organizaciones similares pasarán a controlar el funcionamiento de los Liceos Militares a partir del 15 de este mes. En Venezuela, la presidente de nuestra ex República iba a ser la oradora principal durante las exequias de Hugo Chávez Frías, no obstante lo cual y sin dar mayores explicaciones, fue subida al Tango 01 en medio de las versiones más dispares acerca de la inesperada ausencia. Desde medios oficiales, se deslizó que la jefa kichnerista había sufrido una lipotimia que recomendaba el retorno pero el escasamente creíble argumento, hizo que se buscara otra excusa como la que señaló que debido a las tensiones políticas era recomendable que se evitara su encuentro público con el jefe del gobierno de la República Islámica de Irán, Mahmoud Ahmadinejad con quien se había firmado el conflictivo y nada recomendable acuerdo para la cuestionada investigación acerca de la la voladura de la AMIA y la embajada de Israel. De ser cierto esto último, la intempestiva retirada pone de manifiesto la repercusión de este problema pero también la precariedad política por la que transita el cristinismo.

Lo cierto es que Cristina volvió a Buenos Aires en medio de versiones que destacan la gravedad de la situación venezolana y la posibilidad de un crisis violenta que podrá plantearse la semana entrante entre las fracciones en pugna y las resistencias políticas y militares que despierta Nicolás Maduro, el nuevo hombre fuerte del comunismo cubano en la región y el continente. Nuestro gobierno se ha metido hasta las narices en este embrollo de final abierto y dudoso, lo que no le impide avanzar con sus programas radicalizados como lo es la inconstitucional iniciativa de intervenir en los Liceos Militares a pesar del alto grado de confianza que despierta la calidad de sus programas de estudio, el sentido de excelencia reconocido a lo largo de sus trayectorias y el hecho significativo de lanzar todos los años centenares de graduados que pasan a ejercer sus carreras pero también la categoría de reservistas. Por lo que sabemos, este ha sido precisamente uno de los factores determinante del apuro por suprimirlos, con lo que la Argentina pasará a convertirse en el único país occidental y de jerarquía que carecerá de reservas jerarquizadas en su capacidad y disposición.

De acuerdo con lo que se nos señaló, se evsaluó la conveniencia de avanzar lentamente con este proyecto cargado de ideología, pero se optó por acelerarlo a partir de motivaciones que se desconocen pero se sospechan. Entre ellas, la existencia de planteles de noveles e ideologizados prpofesores a quienes se les quiere dar destino apenas iniciado el año lectivo, aunque la medida trae aparejada una serie de dificultades que en estos momentos forman parte de las consultas que realizan los padres de los alumnos ya inscriptos e impedidos de ingresar en establecimientos no politizados y con buenas capacidades formativas. En medios del oficialismo se insiste en la necesidad de "apartar a los jóvenes de la rigidez militar" e inducirlos a ingresar en un ámbito que se considera "democratizador, igualitario y progresista". Para los mentores de este proyecto que se pone en marcha y que afectará a siete Liceos dependientes del Ejército, dos de la Armada Nacional - sus nuevas dependencias todavía están en pleno proceso de construcción - y uno de la Fuerza Aérea, lo importante de este paso es que frena el ingreso en el nivel terciario a jóvenes formados con programas de gran exigencia e imbuídos de un espíritu castrense. En los hechos, la medida consiste en un avance de otras destinadas a limitar progresivamente a las estructuras militares hasta su reducción definitiva.

La respectiva reglamentación impartida por el ministerio de Defensa no especifica con claridad las finalidades de fondo pues son lo suficientemente ambigüas como para no despertar resistencias, excepto que los padres recurran a los amparos correspondientes habida cuenta de la inconstitucionalidad de la medida.
Correlativamente, las autoridades liceistas que aún están en funciones deberán elevar a las autoridades los legajos de los profesores y sus curriculas, además de otros datos que faciliten el rápido reemplazo por un flamante contingente de profesores, especialmente salidos de la Universidad de La Matanza donde intervino el ministerio de Defensa para seleccionarlos y ubicarlos en sus primeros destinos. Lo curioso de esta situación que no registra parangón entre las naciones civilizadas, es que en los niveles de conducción militar no se hicieron las esperadas objeciones ni contemplado los derechos adquiridos por los actuales y destacados educadores, los mismos derechos de los padres que supieron canalizar las vocaciones de sus hijos y los deseos de éstos últimos que deberán afrontar una imborrable frustación.

Para concluir volveremos por unos instantes al inicio de este comentario que nos llevará nuevamente a Venezuela donde se incuba una lucha ideológica en medio de una inflación descomunal que sólo compite con la nuestra, una deuda externa impagable, una caída de la producción petrolera y un crecimiento que parece imparable de la inseguridad, robos y asesinatos que hablan de un descontrol social y peligroso. No obstante y en alusión a quien aparece como la máxima y transitoria figura política, una de nuestras fuentes pone de manifiesto que, pese a todo, los venezolanos no perdieron el sentido del humor pues, entre otras cosas, nos escribieron que "todo lo que madura, se cae...".

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