MILITARES PROFESIONALES RECHAZAN IMPROPERIO DEL MAYOR GENERAL WILMER BARRIENTOS
COMUNICADO
Los militares profesionales de las Fuerzas Armadas de Venezuela,
rechazamos con indignación el aberrante calificativo de “esbirros” que
nos endilgara el mayor general Wilmer Barrientos, indignamente a cargo
del Comando Estratégico Operacional de la FAN, quien en una visceral
declaración politiquera, mezquina y denigrante, hecha en un acto de
aberrante adulación al impugnado presidente de la República, fue
temerario al llamarnos “esbirros” de las Fuerzas Armadas del pasado”.
Fuerzas, en las que dignamente servimos como militares en las diferentes
jerarquías, solo al servicio de la patria, como lo establece la
Constitución de la República, sin que nos prostituyéramos como mecenas
ni escuderos de persona ni parcialidad política alguna, haciendo gala
del orgullo que enaltece a los miembros de la Institución militar de la
patria venezolana.
Extraña a quienes nos encontramos en situación de retiro, que un oficial general, quien desde hace algún tiempo ha sido el más notorio representante de la FAN, desplegando funciones militares, que ha confundido con otras de estricto tinte político-partidista, haya dividido y traicionado el espíritu de cuerpo institucional, propugnando una división histórica inexistente, continuando el malévolo acto iniciado por el difunto teniente coronel Hugo Chávez, quien no solo le cambió sus lineamientos doctrinarios, sino que la calificó de “revolucionaria”, “antimperialista” y “socialista”, al margen de su precepto y concepto constitucional e institucional.
Extraña a quienes nos encontramos en situación de retiro, que un oficial general, quien desde hace algún tiempo ha sido el más notorio representante de la FAN, desplegando funciones militares, que ha confundido con otras de estricto tinte político-partidista, haya dividido y traicionado el espíritu de cuerpo institucional, propugnando una división histórica inexistente, continuando el malévolo acto iniciado por el difunto teniente coronel Hugo Chávez, quien no solo le cambió sus lineamientos doctrinarios, sino que la calificó de “revolucionaria”, “antimperialista” y “socialista”, al margen de su precepto y concepto constitucional e institucional.