Eduardo hoy, junto a su familia. |
Si yo le digo Eduardo Navascues, quizá la mayoría se encoja de hombros como diciendo:¿quién es?
Pero Eduardo Navascues, una mañana de calor fulminante de un enero de hace 20 años, fue protagonista, sin quererlo, de la última batalla que los soldados argentinos libraron a los tiros contra el terrorismo internacional.
Eduardo hacía la colimba en el cuartel de La Tablada, cuando el grupo terrorista del Movimiento Todos por la Patria entró a sangre y fuego, comandado por el inefable asesino Enrique Gorriarán Merlo.
La batalla duró dos días. Y no voy a dar detalles de ella, porque es una historia conocida.
Eduardo Navascues fue tomado prisionero por el grupo guerrillero, y junto a su compañero de colimba, el soldado Héctor Cardozo, fueron usados como escudos humanos en las ventanas donde varios terroristas estaban atrincherados.
Estaban hombro contra hombro.
Su amigo murió, y él sufrió varias heridas en la cabeza.
La batalla de La Tablada terminó, y varios de los terroristas y sus secuaces fueron detenidos, enjuiciados, encarcelados. Y finalmente indultados.
Pero Eduardo Navascues, una mañana de calor fulminante de un enero de hace 20 años, fue protagonista, sin quererlo, de la última batalla que los soldados argentinos libraron a los tiros contra el terrorismo internacional.
Eduardo hacía la colimba en el cuartel de La Tablada, cuando el grupo terrorista del Movimiento Todos por la Patria entró a sangre y fuego, comandado por el inefable asesino Enrique Gorriarán Merlo.
La batalla duró dos días. Y no voy a dar detalles de ella, porque es una historia conocida.
Eduardo Navascues fue tomado prisionero por el grupo guerrillero, y junto a su compañero de colimba, el soldado Héctor Cardozo, fueron usados como escudos humanos en las ventanas donde varios terroristas estaban atrincherados.
Estaban hombro contra hombro.
Su amigo murió, y él sufrió varias heridas en la cabeza.
La batalla de La Tablada terminó, y varios de los terroristas y sus secuaces fueron detenidos, enjuiciados, encarcelados. Y finalmente indultados.
Pero lo que pocos saben, es que durante el juicio, Carlos Navascues, aquél soldado que fue utilizado por los terroristas como escudo humano, debía ir a declarar contra ellos.
Eduardo vivía en Mar del Plata. Eduardo recibió la citación. Eduardo estaba decidido a presentarse. Eduardo sale una mañana de su casa... alguien le grita su sobrenombre. Eduardo se da vuelta... y recibe una metralla en las piernas.
Eduardo vivía en Mar del Plata. Eduardo recibió la citación. Eduardo estaba decidido a presentarse. Eduardo sale una mañana de su casa... alguien le grita su sobrenombre. Eduardo se da vuelta... y recibe una metralla en las piernas.
Conclusión, el padre de Eduardo lo lleva a vivir a España por varios años.
La familia estaba indignada. Nunca el gobierno democrático le dio protección.
Nunca la justicia lo escuchó. Nunca el Estado lo contuvo.
De todo esto han pasado 20 años. Los terroristas de ayer, están hoy en el poder. Y a pesar de haber desatado la muerte aquella mañana de enero de 1989, de haber fusilado a soldados, de haber puesto como escudos humanos a soldados de 19 años que hacían la colimba bajo bandera, de haber matado por la espalda al segundo jefe del cuartel, de haber atropellado con el camión al soldado de guardia... y de haber tenido en vilo al endeble gobierno constitucional de Alfonsín, pues ahora se dan el lujo de iniciar causas para cobrar indemnizaciones por aquella batalla que libraron contra la democracia.
Los terroristas llevan a juicio a los soldados que los derrotaron en aquella gesta heroica para la democracia.
Y así como nunca la justicia escuchó ni protegió a Eduardo Navascues, soldado, ahora lo cita para que declare en contra de sus compañeros. ¿Qué dirá la justicia cuando oiga lo que Eduardo Navascues tiene para decir, y que tiene guardado desde hace 20 años?...
Les dejo la carta de Eduardo, en la que se le nota su indignación.
El lo dice todo. Yo no digo más.
La situación es indignante.
La familia estaba indignada. Nunca el gobierno democrático le dio protección.
Nunca la justicia lo escuchó. Nunca el Estado lo contuvo.
De todo esto han pasado 20 años. Los terroristas de ayer, están hoy en el poder. Y a pesar de haber desatado la muerte aquella mañana de enero de 1989, de haber fusilado a soldados, de haber puesto como escudos humanos a soldados de 19 años que hacían la colimba bajo bandera, de haber matado por la espalda al segundo jefe del cuartel, de haber atropellado con el camión al soldado de guardia... y de haber tenido en vilo al endeble gobierno constitucional de Alfonsín, pues ahora se dan el lujo de iniciar causas para cobrar indemnizaciones por aquella batalla que libraron contra la democracia.
Los terroristas llevan a juicio a los soldados que los derrotaron en aquella gesta heroica para la democracia.
Y así como nunca la justicia escuchó ni protegió a Eduardo Navascues, soldado, ahora lo cita para que declare en contra de sus compañeros. ¿Qué dirá la justicia cuando oiga lo que Eduardo Navascues tiene para decir, y que tiene guardado desde hace 20 años?...
Les dejo la carta de Eduardo, en la que se le nota su indignación.
El lo dice todo. Yo no digo más.
La situación es indignante.
¿Y SI DECIMOS BASTA?
CARTA
Parece mentira como se miran las cosas de un solo lado, hace 20 años que nadie me pregunta como estoy .
Mandé cartas me fui hasta la casa de gobierno, para que alguien me preste su oreja y me escuche ..Pero siempre fue en vano, todos me dicen lo mismo que no hay ley que nos ampare.
Por eso tengo tanta bronca la gente que tomó el cuartel y me arruinó la vida, a ellos siempre los escuchan los distintos gobiernos, los derechos humanos y a un tarado como yo que nunca quiso estar en ese lugar y cumpliendo una ley me tomaron de rehen, me hirieron.
Nadie se preguntó alguna vez que será de los 8 colimbas que fuimos heridos, o de las familias de los 4 colimbas muertos .
PARA COLMO DE LOS COLMOS ME LLEGA UNA CITACION DEL JUSGADO FEDERAL DE MORON , PARA PRESENTARME A DECLARAR EL DIA 14 DE JULIO DE 2009 A LAS 9:00HS.QUIEN ME LO COMUNICO FUE LA DRA. CLAUDIA JAIME FREIRE DEL JUSGADO TELEF. 011 46288052/ 7179.
Eduardo Navascues
DNI 20586375
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